Verónica Marà siempre tuvo claro que su vida estaba entre patrones y telas. Tras finalizar sus estudios de Diseño de Moda en la EASD Mestre Mateo de Santiago de Compostela, completó su formación con unas prácticas en la Televisión de Galicia, a las que sumó una experiencia con Idoia Cuesta, gracias la que entró en contacto con el mundo de la artesanÃa.
Sus inicios están vinculados a «Romina con Encarna», una marca que fundó con otra compañera y a la que seguirÃa el proyecto «Sopa de Nuez», a través de la que comercializa ropa, complementos e ilustraciones. El nombre de su firma, muy personal, se debe a un plato tÃpico que elaboraba Verónica cuando jugaba a ser cocinera, y que traslada firmemente la filosofÃa divertida de la marca. Las nueces del logo se asemejan a un cerebro para representar que sus diseños salen de una única cabeza. Y es que esta lucense se encarga de todo el proceso, desde el diseño, al patronaje, la confección, hasta el envÃo.
Aunque reconoce que no es fácil emprender, ya que «tienes que buscarte mucho la vida», el deseo de «ser mi propia jefa y poder hacer mis propios diseños», la animó a probar suerte de forma autónoma. Asentó su taller en la capital provincial, porque «al dedicarme a las ferias podÃa tener una base estable en Lugo e ir viajando a donde quisiera», cuenta. Para darse conocer, recorrió mercados de toda la geografÃa española, lo que la llevó a mostrar sus creaciones en ciudades como Ibiza o Bilbao e incluso fuera de España.
El parón provocado por la crisis sanitaria, a diferencia de lo que vivieron otros sectores, supuso un impulso para su marca. «Después de la pandemia, me di cuenta que la gente empieza cada vez más a valorar esto y que prefiere tener menos cantidad de ropa pero de mayor calidad», cuenta Verónica. Mientras la industria de la moda potencia unos hábitos de consumo poco éticos, ella apuesta por la sostenibilidad y por «concienciar a la gente de que las prendas no son de un solo uso». Una filosofÃa que caracteriza a «Sopa de Nuez», en la que la materia prima son telas antiguas que encuentra en diferentes almacenes de Madrid o Barcelona, lo que le permite darles una segunda vida y asegurar la calidad y la exclusividad mediante «estampados y tejidos que hoy en dÃa no puedes encontrar». Los patrones son simples pero de prendas que están de actualidad porque al combinarlas con telas de los 70 y 80 lo que consigue es una prenda atemporal.
Verónica afirma que se inspira en lo que vive dÃa a dÃa, aunque los diseños reivindicativos, entre los que se encuentran prendas que pintadas a mano, también tienen un gran peso en la firma. Entre ellos destaca su camiseta "Natural-Antinatural" que incluye la ilustración de unos pechos a través de los que pretende manifestar que esta parte del cuerpo femenina «no deberÃa estar prohibida en redes sociales, al fin y al cabo, son iguales que los de los hombres».Â
Sin embargo, una de sus creaciones más especiales es la de las "Piernas floreadas", que simbolizan la vida «que no deberÃa ser un tema tabú». El carácter reinvindicativo caracteriza los diseños de esta lucense que promueve una moda sin género «con lÃneas flojas que pueda servir tanto a hombres como mujeres». Un patronaje que también se adapta a las necesidades de su público entre los que cuenta con clientes que «tienen todas mis camisetas y que las comparten con su novio o con su hermano, por lo que al final las hago unisex», afirma.
Sus ventas no se limitan al mercado nacional, ya que también hizo envÃos para Alemana o Inglaterra. El perfil de su público es variado, algo que le sorprendió porque «pensaba que estaba entre 25 y 45 años pero, últimamente, la demanda de camisetas se da cada vez más entre personas mayores». De hecho, su abuela es una de las clientas que lucen sus diseños «sin ningún tipo de pudor».Â
En la actualidad comercializa sus productos a través de su web, aunque también cuenta con un punto de venta fÃsico en la tienda de coworking Craft&Tea, ya que «siendo autónomo y pagando las cuotas que pagamos es casi inviable tener un local solo de una persona», argumenta. En ella también imparte cursos, al ver que era un servicio que se empezaba a demandar y que le ayuda a «visibilizar el diseño y la artesanÃa y a enseñar el proceso que hay detrás de cada prenda, porque hay mucha gente que no lo valora».
A pesar de su juventud, cuenta con una amplia trayectoria en el mundo de la moda en el que ya logró numerosos reconocimientos. Fue la ganadora de la Gala Lucus Moda 2013 y fainalista de la Galicia Fashion Week 2014, una vertiente más artÃstica del diseño que tiene intención de recuperar pronto. Por el momento, se encuentra satisfecha con su marca y hace un balance «bastante positivo comparado con el poco tiempo que llevo». El reconocimiento también la anima a seguir, ya que para ella que valoren su trabajo es el mayor logro.
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